Estos profesionales tienen que ser breves al hablar, que su discurso tenga claridad, que lleve buen ritmo, que contenga frases directas, que tenga un cierto grado de humor y que exprese sentimiento y credibilidad. En cuanto a la voz, ésta debe tener un tono, una intensidad, un timbre, articulación y vocalización para que los oyentes lo entiendan.
Ya hemos visto todo lo que una persona debe poseer para comunicarse correctamente, pero la mayoría de las veces, aunque se conozcan estos requisitos a la hora de hablar, lo que nos hace fallar es el miedo; el miedo a ser observado, el miedo a equivocarse, en definitiva, el miedo a hablar en público. Pero no debemos preocuparnos porque el miedo es algo natural, necesario y saludable para nuestro cerebro. Este miedo, como ya he dicho, es natural, pero si se transforma en un miedo exagerado puede llegar a resultar un problema. Para evitar que este miedo nos invada debemos: conocer y preparar bien el tema para estar seguros de lo que estamos hablando, es decir, adquirir una cierta seguridad con el tema, realizar ejercicios de relajación, concentrar la mecánica corporal (beber agua), tener actitudes mentales de apoyo, empezar bien, respirar adecuadamente, tener un comportamiento natural y concentrarnos en el discurso y en lo que estamos diciendo, no en nosotros mismos.Otro tipo de comunicación muy importante para el Trabajador y el Educador Social es la comunicación no verbal. Este aspecto debería trabajarse bastante en este tipo de profesionales, ya que nuestro cuerpo dice mucho de nosotros a los demás. Por ejemplo, si un Educador Social trata una situación extrema, no podrá transmitir con la cara expresiones que reflejen miedo, ante todo debe transmitir seguridad. En la comunicación no verbal encontramos el contacto corporal, los gestos, el movimiento ocular y la expresión del rostro. Algunos ejemplos para transmitir con nuestro cuerpo: para transmitir seguridad tendremos la cabeza alta, para la cordialidad la proximidad física, para la sorpresa las cejas levantadas y para la tristeza las cejas caídas.
Para mejorar nuestra comunicación con las personas de los diferentes colectivos sociales, deberemos mostrar empatía, respeto positivo incondicional, retroalimentación y escucha activa, que si nos fijamos bien, son actitudes y aptitudes esenciales en el Trabajador y en el Educador Social.
A lo largo de nuestra carrera y cuando la hayamos acabado, a menudo deberemos comunicarnos con diferentes colectivos (menores, mayores, colectivos en riesgo de exclusión, marginados...), y como consecuencia también deberemos saber comunicarnos con ellos y saber tratarlos, así que cuanto antes seamos capaces de mejorar nuestra comunicación, antes nos convertiremos en unos buenos profesionales.
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